viernes, 30 de septiembre de 2011

Reincidentes

Parece que se complicara esta historia, pero tal vez no sea tan así.

¿Quién sabe?

Es que si uno quiere iniciar un camino de expresión literaria, se preocupa en consultarle a la Real Academia Española acerca del significado de un término para darle un enfoque a su carta de presentación y se encuentra con que el bendito significado, supuestamente inspirador, no es exactamente el adecuado para expresar lo que se quiere representar, cuanto menos, la sensación es la de empezar con el pie izquierdo.

Porque casi sin esfuerzo, cuando ideábamos un nombre para identificar este lugar de expresión, surgió la identificación con el ser “reincidentes” en esto de tener un blog y que escribir estaba en nuestra “naturaleza” y poco importaba si lo hacíamos desde la identidad bloggera tradicional o a partir de una transmutación de cuerpo virtual, mas no de alma.

Pero claro, nada es simple en esta vida y resulta que reincidir viene a ser “volver a caer o incurrir en un error, falta o delito”.

Y hete aquí que para quienes vamos a llevar adelante este espacio ni es falta ni es delito el expresarse.

Y mucho menos es un error…

Para complicarla un poco más, debo confesar que la primera palabra que me surgió para hacer referencia a este cuarteto de escribas no fue “amigos”, “socios”, “colegas”… fue “cómplices”, aun antes de recurrir al diccionario.

O sea que tal vez no haya sido casualidad que nos sintiéramos reincidentes. Nos gusta escribir, nos gusta opinar, nos gusta expresarnos, nos gusta comunicarnos y qué mejor que tener un espacio donde encontrarnos y donde se puedan sumar otras voluntades con sus comentarios que, a fuerza de coincidencias y disensos, permitan crecer y desarrollarse, al menos intelectualmente.

Y reafirmo que está en nuestra naturaleza el expresarnos, el dejar salir eso que tenemos adentro. Tantas veces suave y sensorial y cuantas veces áspero y catártico. A veces susurro y otras tantas grito estentóreo.

En fin, acá estamos, como sea. Sabiendo que no sólo nos cuesta abandonar nuestros sentimientos y nuestros seres interiores, sino que nos negamos a hacerlo.

Por eso, seguramente, decimos que somos reincidentes... por naturaleza.